martes, 29 de mayo de 2012

Carta a los 10 años

Raúl:
Se te hará rarísimo leer esto. Aún hay tiempo y debés aprovecharlo.
Ya sabía que sos un curioso de primera y esto lo ibas a encontrar en el tomo 2 del diccionario enciclopédico que nos regaló papá, y por eso lo dejé ahí.
Te escribo por razones sencillas. Ahorita  lo más probable es que no me entendás. Pero tranquilo, tenés que terminar de leer.
Pensás que lo que te pasó el año pasado con la niña que se fue para Estados Unidos es fuerte, yo sé. Pensás que no te volverá a pasar. Mirá, no es por preocuparte, pero eso apenas comienza para vos. Estás por cumplir 10 años en este 1993  y debés estar consciente que ajá, eso se siente cuando querés a alguien más de lo que te querés a vos mismo. Además entendé, Estados Unidos es lejos. Bastante lejos. Nada más mirá en el almanaque mundial que nos compró papá en diciembre.
Y es precisamente por eso que te escribo la carta.
Debés estar un poco listo. Nos quedan unos meses con papá. Ni siquiera un año. Sé que nunca fuimos demasiado apegados a él en los primeros 10 años. Pero creeme que después te hará falta. Sé también que creés que después que se nos ha muerto un hermano y un abuelo, esto no puede ser más trágico, pero lo será. Raúl, esto nos va a cambiar la vida para siempre.
Todo lo que serás en el futuro está basado en ese momento.
Tu carácter, tu personalidad y tus ganas de seguir, está todo basado en ese momento.
Claro que seguirás jugando y te seguirás enamorando de las niñas equivocadas y te golpearán, y seguirás leyendo, y serás antisocial a veces, y otras veces un payaso. Es natural.
Sé que a esta edad nosotros pensamos que estamos destinados a ser algo enormemente importante. Pues dejame decirte que eso es relativo. Si, te preguntarás qué es eso de relativo. Es algo así como que tiene diferentes formas de verse. No te lo explico porque debés aprenderlo por tu cuenta, pero si debés saber que todas tus experiencias se van a potenciar con lo que enfrentarás en la vida después que se vaya papá.
Si alguna vez lo ves callado, como triste y pensativo, no le digás nada. Llegá y sentate con él. Porque no nos queda más tiempo.
Si alguna vez sentís que lo has lastimado, no te disculpés. A papá no le bastan las disculpas. Llegá y abrazalo. Él entenderá.
Llegará un momento en el que lo culparás de todo lo que nos sucederá, pero no es cierto. La vida, Raúl, tiene muchas circunstancias que no tenés que entender. Tenés que vivirla para superarla.
Algún día te enojarás tanto que pensarás que papá debería estar en el infierno por todo lo que causará su partida, pero quiero que entendás que todo, las tristezas, desgracias, desaciertos y peligros que traerá ese hecho, son lo que formarán el hombre que ahora soy.
Yo sé que a veces después que suceda lo de papá, necesitarás abrazarlo, decirle como te sentís, llamarle a su oficina en los ferrocarriles, como a veces hacíamos. Por eso aprovechá.Papá no es perfecto, jamás lo ha sido, ni lo hemos pretendido. Ni él ni nosotros.
Mirá, a tu edad todos los niños piensan que sus padres serán eternos. Por eso quiero que entendás que no es cierto. La eternidad es una apariencia. Te da miedo, yo sé. Pero no será una pesadilla. Es realidad.
No me preguntés porqué pasan esas cosas. Yo no lo sé.
Nada más entendé que no debés dejar de sentir la tristeza que has aprendido hasta estos 10 años. Esa es la tristeza más sincera. La que vale la pena.
Tampoco dejés de sentir el amor que has sentido hasta ahora, por esa primera niña que lo sentiste. Ya sabés, por la que sentiste ese vacío cuando se fue. Te prometo que la vas a recordar para siempre.
No dejés de sentir eso porque será lo más honesto. No dejés de hacerlo en el futuro.  Todo ese tiempo me volverá el hombre que ahora soy.
Perdón si no te hago llegar esto a tiempo.
Sé que nada te prepara para la vida.
Yo solo quiero que no dejés de ser como sos.

Raúl.     29 mayo 2012

lunes, 28 de mayo de 2012

Dudas eternas

 Conversacion tensa.   (Roque Dalton)

¿Qué hacer si sus peores enemigos
son infinitamente mejores
que usted?
Eso no sería nada. El problema surge
cuando los mejores amigos
son peores que usted.
Lo peor es tener sólo enemigos.
No. Lo peor es tener sólo amigos.
Pero, ¿quién es El Enemigo?
¿Usted o sus enemigos?
Hasta la vista,
amigo.


Por eso no tengo enemigos. No me alcanza el alma para tener enemigos. Soy demasiado aburrido y simple para tener enemigos.

martes, 22 de mayo de 2012

5 razones para tener una iguana como mascota

No tengo mascota desde hace un año. Es triste, porque la casa pasa mucho tiempo en silencio y estoy absolutamente seguro que ningún perro logrará reemplazar a la que murió hace casi un año. No me culpen, tras esta cara de amargado y estas palabras de odio que reparto a diestra y siniestra, soy un sentimental.
Pues bien, es hora de encontrar una nueva mascota. Yo sé que lo más decente que puedo hacer es buscar un perrito que necesite cariño, porque son los que más lo merecen. Mucho más que muchas personas que conozco. Pero antes de hacer lo que tenga que hacer, he aquí 5 razones por las cuales tener una pequeña iguana como mascota debe ser lo mejor. 


1. Una pequeña iguana jamás te mirará con desprecio. Ni con alegría. Ni con enfado. La iguana tiene la misma mirada todo el tiempo.
2. Una pequeña iguana no necesita mucho espacio. No tenés que limpiar los pelos que bota, ni mucho menos los desperdicios que deja. Punto para la iguana.
3. Una pequeña iguana no requiere gastar demasiado para alimentarse. Le ponés lechuguita, un par de insectos y ya. Adiós a esas grandes bolsas de comida especial para perro.
4. Una iguana no debe ser bañada constantemente para permanecer limpia. De hecho, las iguanas no se ensucian demasiado. Adiós a las luchas eternas de la pequeña perra que no se dejaba bañar nunca y hacía que terminara igual de bañado que ella.
5.Una iguana no hace ruido. No ladrará cada vez que me voy de casa. No ladrará para despertarme. 
Y no me meneará la cola al llegar a casa.
Y no se irá a dormir en mi alfombra.
Y no me mirará en esa forma que me recordaba mi propia mirada. Triste.
Quizás es solo que extraño mi perrita. Y aún no estoy listo para tener siquiera una pequeña iguana.

jueves, 10 de mayo de 2012

Soñar

Soñar que escribo algo en un idioma que no entiendo.
Soñar que te encuentro y leés lo que escribí, en otro idioma. Vos lo leés en otro idioma.
Estoy seguro que es otro idioma. 
Me quito la mano y la pongo entre las tuyas. Te digo cuanto te he extrañado. Te lo digo en alemán. No hablo alemán, pero sé que es alemán. No podía ser otro idioma. Te lo dije fuerte, serio.
Vos me contestás que siempre vas a volver, pero que nunca podrás quedarte. Me lo decís en francés. No hablo francés, pero sé que es francés. No puede ser otro idioma. Lo decís con gracia, con elegancia y con la sonrisa que habría hecho más famosa a la pequeña Audrey Hepburn.
De pronto, aún en el sueño,  recuerdo el verso de Pessoa, " Paso y me quedo, como el Universo." 
No quisiera despertar, pero no sé que estoy dormido.
Quiero decirte que no importa, que el purgatorio es justo si vas a volver constantemente. Que no me importa que no te quedés. Que la felicidad es un mal que no necesito. Que la gente asume, porque los he visto, que la felicidad es un estado absoluto, una gracia perenne, un nombre más para los días rutinarios. 
Pero yo me niego. Me niego a eso y acepto la presencia indisoluble de tu risa, de tu voz, de tu sombra, de tus manos, de tu tiempo.
Otra vez mezclo lo que leo, lo que me gusta, con lo que sueño. Y no sé que lo estoy haciendo.
Sé que estoy en una especie de parodia de los crímenes de la Rue Morgue, que soy uno de los testigos, que sé que el asesino habla en portugués, pero jamás he escuchado el portugués. 

Me decís que debés irte. Repetís sin cesar que es un sueño y que te disculpe, que el tiempo se acabó y tengo que despertar. 
Sujeto fuerte tus manos, tan vacías como debían estar, porque pocas cosas son más bellas llenas que vacías, los ojos sobre todo. 
Tu voz se va apagando.
Mis ojos se van abriendo.

lunes, 7 de mayo de 2012

Adulto Moderno.


Conversaba con un amigo sobre su plan de futuro. Apenas logramos caer en la cuenta que quizás este sea el plan que se espera.


Como dice Mark Renton al final:
"I'm gonna be just like you. The job, the family, the fucking big television. The washing machine, the car, the compact disc and electric tin opener, good health, low cholesterol, dental insurance, mortgage, starter home, leisure wear, luggage, three piece suite, DIY, game shows, junk food, children, walks in the park, nine to five, good at golf, washing the car, choice of sweaters, family Christmas, indexed pension, tax exemption, clearing gutters, getting by, looking ahead, the day you die."

martes, 1 de mayo de 2012

Lección 4

Gracias a los pitufos aprendí que como dijo Gárgamel:
"Los pitufos tienen como punto débil su gran corazón. Llegaré a ellos dominando su corazón."
Para lo que necesariamente creó a Pitufina con ingredientes como:


Sin olvidar, claro está,  "una pizca de azucar y miel con un poco de hiel, medio mazo de cartas, un poco de arena volcánica, y una (valga la redundancia) piedra petrificada como corazón. "


Quizás he conocido demasiada pitufina.

Camino a casa



Camino a casa, en transporte de la empresa, me sentí como Mark Renton en Trainspotting:
"Here I was surrounded by my family and my so-called mates and I've never felt so alone. Never in all my puff."
Y no, no iba mi familia ahí, ni mis amigos. Y sí, me he sentido así o más solo.