miércoles, 13 de marzo de 2013

Morriña

"Ah, ¿pero sabéis qué?, continuó Álvaro sin hacerle caso, se me ocurre otra palabra, una, una que es la contraria de la otra y, bueno, en realidad no es castellana, es gallega, pero la conocemos todos los españoles, es una palabra bien bonita, escuchad cómo suena, qué graciosa: morriña. Al oír la música de esta palabra, el organillero aplaudió muerto de risa y le pidió a Álvaro que la pronunciara seis veces seguidas, tratando de repetirla y riéndose cada vez que la escuchaba. Repentinamente eufórico, Álvaro explicó que la morriña era una especie de nostalgia por la tierra natal, un sentimiento lejano y triste pero también un poco dulce. Y que ser republicano y español era como la morriña, un sentimiento agridulce, un honor y un lamento. Es una pena con vaivén, de marineros, dijo Álvaro, pero un poco marineros somos todos."

"El viajero del siglo" de Andrés Neuman.

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