Hace meses veo a una pareja de ancianos caminar juntos. Los veo por la mañana, y a veces por la noche cuando camino a casa. Ella es mucho más pequeña que él. Él viste formal, sucio y en harapos, pero formal. Y la lleva de la mano. Le lleva la cartera sucia y vieja en la mano. Y son una fiel representación del amor.
La gente quiere vivir la perfección de las películas románticas. Yo solo quiero saber que podré llevar de la mano a la misma mujer hasta que seamos ancianos.
Pero anoche, él iba solo. Y ahora solo espero detenerlo y preguntarle qué tal le va, cómo está su esposa. Y no lo hago, porque le temo a las malas noticias. Porque no necesito tanta mala noticia.
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