sábado, 23 de mayo de 2015

Extraña correspondencia Nº2




Escuchar esa canción de Company of Thieves, que se llama Oscar Wilde, que dice que "We are all our own devils", mientras leo en Vidas Escritas, un esbozo que hace Javier Marías, sobre los últimos días de Wilde: “Quizás en la cárcel aprendió a tener miedo, en todo caso era un hombre prematuramente envejecido, sin más dinero que el que le iban procurando sus más fieles amigos, perezoso ante el trabajo (esto es, ante la escritura), y un poco cómico. (...) Estaba cada vez más sordo, tenía la piel enrojecida y vulgarizada y caminaba como si los pies le dolieran, apoyado siempre en su bastón arrebatado. Lo único que conservaba intacto, era su capacidad de conversación”.
La vida suele tener correspondencias. 

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