Te dormís como siempre, después de batallar infinitamente contra el insomnio.
Tus pies están fríos porque la sábana no alcanza a cubrirlos y sos demasiado haragán como para buscar una nueva.
Soñás.
Despertás y cuando buscás tus lentes porque ponertelos es lo primero que hacés, y simplemente no alcanzás a hacer nada. La cama no está. Una playa preciosa de blancas arenas te espera.
Entrás al agua. Das vueltas y vueltas. Te sumergís. No sabés de qué color sos. Podés ser gris o blanco. No lo sabés. No hay forma. La corriente está en mi contra, pero con mis aletas logro continuar con fuerza. Ahí me entero. Soy un delfín.
Nado con fuerza hasta alcanzar a mi grupo. Somos alrededor de 30 delfines.
Todos grandes, fuertes, inocentes.
Mis compañeros emiten chillidos y los contesto.
Nos acercamos a la costa. Mucha gente sale a encontrarnos. Nos alegramos porque significa que todos quieren jugar. La gente es tan buena.
Nos acercamos y los juguetes de los niños humanos son extraños. Se ven brillantes y afilados.
Repentinamente el agua se comienza a hacer espesa. Algunos compañeros van cayendo partidos por la mitad. Los que no son alcanzados por los extraños juegos de los humanos, simplemente nos quedamos ahí. Nosotros solo queríamos jugar.
1 Manchas en la pared:
qué divertido lo que sueña, qué ingiere antes de dormir :)
saludos,
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