Voy a San Miguel.
Junto a la casa en la que estoy, un niño está sentado en una llanta semi enterrada. Tiene un cuaderno y parece estar escribiendo algo.
Es un niño de unos once años, aunque podría tener cualquier edad.
Luce como un niño gordo normal, pero tiene preocupación en su mirada, como luciría cualquiera.
Otro niño se acerca corriendo y le quita el cuaderno.
"Sos una niña", le grita, y corre unos metros.
El niño gordo se enoja y amenaza con golpearlo si no le devuelve el cuaderno.
El otro niño permanece alejado y comienza a leer: "Marta, te quiero, sos la única niña que quiero, porque brillás..." Luego de interrumpirse con una carcajada, dice: "Sos un culero." Tira el cuaderno al suelo.
El niño gordo toma el cuaderno del suelo y se vuelve a sentar, aunque visiblemente molesto.
Retoma el bolígrafo negro y sigue escribiendo, como lo haría cualquiera.
Me pasa algo. Me lleno de recuerdos. Son demasiados.
Paso dos semanas pensando como voy a escribir esto.
Decido escribirlo como pasó, como lo haría cualquiera.
4 Manchas en la pared:
"Marta, te quiero, sos la única niña que quiero, porque brillás..."
Se le está haciendo costumbre a tus historias dejarme las lágrimas listas para salir u_u
Todos fuimos/somos unos ninios gordos.
Me conmovió esto.
Ah!, que refrescante maestro.
Gracias!!
:)
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