martes, 27 de mayo de 2014

Present times

Two messengers met one day, one was a follower of Jesus and the other one served Satan.

The messenger who was serving God asked, "How are you doing?"

Satan's messenger replied  "Oh, it is terrible. We work hard all day long and we get really hungry. When Satan finally lets us have a break we go into a huge dinning room. There is a lot of wonderful food on a long table. Satan tells us we can eat all we want as long as we use our 6 foot long forks. It is impossible! We can never eat more than a bite before we are too tired to eat anymore. We stay hungry!"

The messenger of God replied, "That is funny. We have the same type of table filled with wonderful food and the same 6 foot forks. Only we eat all the food we want ... we just feed each other!"

lunes, 26 de mayo de 2014

Coincidencias (II)

Uno comienza a leer un libro que compró usado.
El libro es de Sylvia Plath. The Bell Jar.
Uno siente a Esther en las primeras páginas. La entiende.
Uno lo comienza a leer un 25 de mayo.
Uno revisa las hojas dentro del libro y encuentra un separador que dice: "Let this take you far" con una fecha escrita: 25/5/2003.
Uno pierde el separador el mismo día.
¿Cuál es la probabilidad de comenzar a leer un libro en la misma fecha que aparece en el separador perdido, 11 años después?

viernes, 23 de mayo de 2014

Vivir

Uno vive.
Uno vive y dice que vive.
Uno vive y dice que vivir es feliz.
Uno vive y piensa que no te va a tocar, que la sangre quedará en alguna calle de una colonia en la que no te tocó vivir.
Uno ve la muerte asomarse. Le cierra la puerta como si no supiese que la muerte tiene todas las llaves. Sin excepción.
Uno camina, con los zapatos dejándole el camino marcado al verdugo, esperando el día en que te toque ser el número de las noticias. El nombre al que le adjudican el clásico: "en algo andaba metido", o el ya muy trillado "no se descarta que sea miembro de pandillas".
Uno ve los noticieros y mezcla la nueva canción de Shakira con los nuevos créditos del banco, que hasta te regala televisores, con la sangre, espesa, secándose con el sol, dejando su pegajoso olor a futuro roto.
Uno ve las listas de muertos. Cada día la revisa y chequea cual conocido estará en la lista. Hoy faltará a la vida, como faltando a una lección.
Uno piensa, uno tiene pesadillas. Uno sabe que no puede confiarse. Uno teme. Uno normaliza todo.
Uno establece principios de supervivencia.
Uno no vive.
Yo llevo en mi billetera un papel que dice "Si me matan, fue delincuencia común. No tengo ningún nexo con las maras ni con el narco", porque uno siempre debe cuidarse tanto como puede.

sábado, 17 de mayo de 2014

Los hijueputas

Un hijueputa de traje lleva en un portafolio la vida de cien hijueputas.
El hijueputa triste llora lágrimas de hijueputa repetitivo.
La hija de puta se funde en un abrazo con el mismo hijueputa que le pegó hace un par de horas.
Hijos de puta encubiertos colgando fotos en las paredes de hijos de puta que les pagan sus salarios.
El hijueputa extraña, llora, ríe, sufre.
El hijueputa camina con la seguridad de la trascendencia de la hijueputez.
El hijueputa sordo                                                por elección.
El hijueputa por herencia, por adoración constante de la genética y la nostalgia.
El hijueputa miente y pretende, lleva una lista de las personas que odia, porque son más hijueputas que él.
El hijueputa odia al pobre hijueputa que no tiene las cosas que él si, y detesta irremediablemente a los hijueputas que si las tienen.
El hijueputa tiene una esfera de hijueputez, que carga consigo con algo muy parecido al orgullo.
Se regodea el hijueputa de su condición. Se sienta y declara ante el juicio de los otros hijueputas.
El hijueputa sonríe y sabe que las cámaras lo enfocan. Y miente.
Y los hijueputas disfrutan burlándose del hijueputa que declaraba.
El hijueputa está aquí, allí, dentro, fuera, en el centro.
El hijueputa         sin                                        género.
El hijueputa         sin                                        nombre.
El hijueputa sin ascendencia ni descendencia. Un humano, tan hijueputa como el que vino antes y como el que le sobrevendrá.
El hijueputa                                             eterno,
                                                                         infinito,
                                                                                    desalmado y etéreo.
El hijueputa hasta el final del tiempo, en el que el último de los hijueputas abre el portafolio y decide el fin.

viernes, 2 de mayo de 2014

Viajar

"Y yo le dije, antes que él siguiera, que me parecía magnífico, que no hay nada como viajar  y conocer mundo, ciudades distintas y cielos distintos, y él me dijo que el cielo era igual en todas partes, las ciudades cambiaban pero el cielo era el mismo, y yo le dije que eso no era verdad, que yo creía que no era verdad ..."

Los Detectives Salvajes, de Roberto Bolaño. No, no es Chespirito.