Uno vive.
Uno vive y dice que vive.
Uno vive y dice que vivir es feliz.
Uno vive y piensa que no te va a tocar, que la sangre quedará en alguna calle de una colonia en la que no te tocó vivir.
Uno ve la muerte asomarse. Le cierra la puerta como si no supiese que la muerte tiene todas las llaves. Sin excepción.
Uno camina, con los zapatos dejándole el camino marcado al verdugo, esperando el día en que te toque ser el número de las noticias. El nombre al que le adjudican el clásico: "en algo andaba metido", o el ya muy trillado "no se descarta que sea miembro de pandillas".
Uno ve los noticieros y mezcla la nueva canción de Shakira con los nuevos créditos del banco, que hasta te regala televisores, con la sangre, espesa, secándose con el sol, dejando su pegajoso olor a futuro roto.
Uno ve las listas de muertos. Cada día la revisa y chequea cual conocido estará en la lista. Hoy faltará a la vida, como faltando a una lección.
Uno piensa, uno tiene pesadillas. Uno sabe que no puede confiarse. Uno teme. Uno normaliza todo.
Uno establece principios de supervivencia.
Uno no vive.
Yo llevo en mi billetera un papel que dice "Si me matan, fue delincuencia común. No tengo ningún nexo con las maras ni con el narco", porque uno siempre debe cuidarse tanto como puede.
1984 - Capítulo 5. Primera parte
Hace 2 meses
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