1) El Salvador no está preparado para debatir ideas y planes concretos. Los candidatos llegaron únicamente a publicitar un par de ideas, a decir lo que el otro hace mal y que ellos lo harían mejor.
2) Ningún candidato parece comprender que todos los problemas sociales están entrelazados. Ninguno habló de como la falta de educación y desarrollo es parte de la generación de la delincuencia, y así ad infinitum.
3) Nadie sabe como se van a financiar los escuetamente ambiciosos planes que tienen para resolver el problema de seguridad o ningún problema en específico.
4) Los candidatos están plenamente conscientes que la elección es meramente un concurso de popularidad, y es por eso que no se esmeran en un verdadero viraje en la forma de administrar el Estado.
5) Los candidatos prometen lo que quieren sin importar, ni mencionar, que están hablando en ocasiones de medidas inconstitucionales.
6) Ningún candidato está capacitado para gobernar porque NINGÚN candidato tiene verdadero poder de decisión. Es obvio que todos, al menos los que tienen opción de ganar, tienen un grupo de poder que los financía.
En fin. La mejor manera de unirse como sociedad civil y respetar el deber del voto, es anular el voto.
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