Casi desde inicio de año veía unos ancianos. Una pareja que siempre estaba sonriente. Él la llevaba de la mano, le llevaba una vieja y sucia cartera, llena de cosas que para nosotros, los demás, es únicamente basura.
Él, tan alto, con su sucia barba, lleno de sudor, siempre con corbata, con zapatos rotos. Ella sonriente, callada, apretando su mano.
Hace un par de meses comencé a verlo solo. Cada vez más demacrado. Parece siempre molesto. O triste. O ambos.
Porque esa es una forma del amor. Enfrentar la soledad. Aceptarla.
1984 - Capítulo 5. Primera parte
Hace 2 meses
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