lunes, 9 de noviembre de 2009

Mezcla inexplicable

El 9 de noviembre es mezcla inexplicable.

Dicen tantas cosas del 9 de noviembre.
Mucha gente escribe sobre el 9 de noviembre.
Mucha gente miente sobre el 9 de noviembre.
Mucha gente muere en un 9 de noviembre.

Dicen que en la Europa de 1989, gentes de muchos lados, que amaban la libertad (placer sobrevalorado), derribaron una pared inmensa. Dicen que ahora los restos se venden como souvenirs. Yo quiero un pedazo de ese muro. Pero quiero ir, y mejor dejar un resto de mi donde solía estar.

La gente muere porque llueve y también la tierra se rebela contra la vida. Y es innecesario quedarse sentado. Y la vida vale lo que vale tu casa.

Hace 20 años mientras el muro ese caía, acá había matanzas por los enfrentamientos entre ejercitos y guerrilla. En el edificio donde solía vivir, el ejercito apostaba tipos con rifles para matar al primer guerrillero que estuviera disponible a dejar su vida ahí a la entrada por una causa.
Y mataron a unos señores españoles en una universidad privada, porque no se callaban, porque la verdad está prohibida, porque el poder es lo más deseado y nada lo puede enturbiar.
Y yo rezaba en la misa de 30 días de mi recien fallecido hermano.

Y ahora, lloro.
Lloro y hay una razón.
Y no puedo dejar de sentirme mal.
Ahora
Usted perdoneme, los dedos entumecidos no sirven para escribir.

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