viernes, 19 de octubre de 2012

Doppelgänger

 "El verdadero doppelgänger sos vos, porque estás como descarnado, sos una voluntad en forma de veleta, ahí arriba. Quiero esto, quiero aquello, quiero el norte y el sur y todo al mismo tiempo, quiero a la Maga, quiero a Talita, y entonces el señor se va a visitar la morgue y le planta un beso a la mujer de su mejor amigo. Todo porque se le mezclan las realidades y los recuerdos de una manera sumamente no-euclidiana." Cap. 56 Rayuela.


Eras vos. Yo sabía que eras vos, porque sencillamente, siempre sos vos. 
Yo sabía que no eras vos. Nunca sos vos. Vos sos una dualidad y yo vivo de contradicciones. Es como debe ser. 
Desde que te vi correr detrás del bus, ya sabía que eras vos. Tu cabello lacio y brillante con el que alguna vez te habías hecho un bigote mientras yo te molestaba por el enorme parecido de tus orejas con las de los elfos de las películas. Pero vos estás en Chicago y sos feliz preparándote para salvar el mundo. Preparándote vos que podés. Yo me quedo a ver como todo se va a la mierda. 
Pero no eras vos y yo lo sabía. Era tu doppelgänger que siempre veo cuando volteo a la ventana del bus mientras llueve, o la que veo cuando quiero escribir algo y tengo la página en blanco y me dan ganas de escribir. Eras vos y no eras vos. 
Y los dobles no existen. Es imposible. IM-PO-SI-BLE.
Eras vos y sonreías como nunca antes. O quizás como recuerdo hace tanto tiempo ya. 
Pasé 20 minutos imaginando que me acercaba y te hablaba. Pero no eras vos. De haber sido vos no hubiese dudado tanto. 
Llegaste a tu destino y avanzaste a la salida. Yo estaba en el último asiento. Te vi a los ojos y eras vos. Pero como eras vos. Eras inexorablemente vos. No hay doppelgänger que valga. Sos vos. 
Me ves y te despedís. Es tu voz. Un poco más dura, un poco más simple y tan necesaria como hace casi un año que no la escucho. 
Esas cosas pasan cuando recuerdo que vos tenés una gemela a la que veo muy raras ocasiones, pero que me hace pensar en vos. Más de lo normal.
Un día después recibo un mensaje tuyo en el que me decís que viajás por lugares celestiales del caribe. Sos feliz y el orden está restablecido. 
Mientras tanto, leo, escribo y planeo. Es hora de matar mi propio doppelgänger.


1 Manchas en la pared:

Rodrigo Ramos dijo...

Tené cuidado con lo que pedís.