Mostrando entradas con la etiqueta Corto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Corto. Mostrar todas las entradas

miércoles, 2 de enero de 2013

Lo que quedó del 2012

El año son 365 hojas de calendario. 365 cuadritos que comerse de una vez o tirarlos a la basura.
Lo más normal es que diga que sigo siendo una persona llena de crisis existenciales y dudas sobre mi capacidad, pero no lo haré.
El 2012 fue bueno conmigo.
2012 se fue y no me dejó ni una chiva, ni una burra negra, ni una yegua blanca, ni una buena suegra, pero me dejó:
Un trabajo formal en el que siento que tengo los mejores compañeros que jamás he tenido en ningún otro trabajo. Un trabajo en el que me siento bien y en el que aprendo cada día algo nuevo.

Paciencia y tranquilidad. El 2012 fue un año emocionalmente relajante para mí. Me hizo ver que la mayoría de circunstancias dependen del empeño y dedicación que se le designe, más que las posibilidades de hacerlas pasar. Las posibilidades solo son eso, posibilidades.

Me dejó también más amigos. Conocí mucha gente que le suma a mi vida, y mantuve los amigos que ya tenía. Nada vale la pena más que compartir con los amigos lo que da la vida. 

Este post es una especie de autoexcusa. Puedo también presumirles que compré 5 nuevos libros, que tengo un peluche de Fantastic Mr. Fox, que tengo una nueva perrita, etc. Pero la verdad, eso justifica el 2012, aunque no los errores que cometí.

En el próximo post, lo que pienso lograr en el 2013, y que en alguna forma podría llamarse propósito.
Gracias 2012.

lunes, 17 de diciembre de 2012

De tener chistes internos

He tenido muchos trabajos desde que quise ganar mi propio dinero o me vi en la necesidad de ganarlo. 
Han sido tan distintos, que siento que intento robarle a Cantinflas el récord de la cantidad de empleos distintos según sus películas. Me falta ser sacerdote, barrendero y bolerito. 
En la mayoría de trabajos, por no decir en todos, me he sentido fuera de lugar.
Trabajé para un veterinario que había estudiado en Brasil y cada vez que hablábamos de política me contaba su proyección de ser Ministro de Agricultura una vez la izquierda ganara las elecciones. Años después, efectivamente entró a la política. Pero la gente de un municipio de Morazán no confió en él y perdió la alcaldía.
Trabajé también en la Defensoría del Consumidor, como parte del proyecto de mis horas sociales. La idea era que hiciéramos inspecciones aleatorias a supermercados. Hicimos varias y desde entonces me fijo en toda fecha de vencimiento. Ni se imaginan todo lo que uno se encuentra. 
Fue en ese mismo trabajo en el que recibimos una casi puteada del famoso propietario con ínfulas de cantante, de un mega supermercado que ahora creo que desaparece o al menos está en camino de.
El siguiente fue lo de las charlas en el Bajo Lempa en las que me decían que en el pueblo debía tener cuidado para que no me asociaran ni con el gobierno ni con los partidos. Llegué y traté de ayudar. Un fracaso a la cuenta.
Luego encuesté y eso significó recorrer casi todos los departamentos del país y despertar a las 2:30 a veces para poder irnos a Oriente. Valió la pena.
Pero nada,ni estar en la Cámara Penal en los juzgados, me regaló tan buen humor como el trabajo en el que estoy ahora.
Acá se han inventado hashtag que ya son míticos:
#PajasNiñaLupe. Acompañado de todo un chiste que no cualquiera entiende.
#NoSeásLocoPikachú. Otro chiste interno. Se lo contamos a alguien más y no lo capta.
#TranquiloChiquisaurio. Uno que salió de la nada, pero que sigue sin ser comprendido por mucha gente.

2012 fue un buen año para trabajar. Sobre todo ahí. 

Pero la primera Regla del MKT Team es no andar contando tan fácil nuestros chistes internos.

2013 traerá más chistes internos. Un año después haré recopilación con explicaciones.
Mientras tanto, ha sido bueno trabajar.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Lo importante

Imagínese que el volcán de San Salvador está por hacer erupción y usted tiene que salir huyendo de su casa porque, por esas bonitas jugadas de la vida a las que debería estar acostumbrado por ser salvadoreño, usted vive en las faldas del bendito monstruo que vigila su ciudad.
Imagine ahora que en cadena nacional, el señor presidente llama a evacuación inminente y ordenada (imposible dada la naturaleza salvadoreña), y no hay más remedio que escapar de la casa, para lo cual se da media hora máximo.
Esas cosas suceden. Y quizás deberían suceder más seguido. 
En ese momento te ves rodeado de todas las cosas que pueden o no tener sentido en tu vida. Y debés escapar. Y debés decidir qué te llevarás. Porque no hay tiempo. Debés escapar.
Podés sacar un pequeño maletín y llevar muy pocas cosas con vos.
¿Qué te vas a llevar?

________________ *  _____________________*__________________

Hace 11 años, ese recordadísimo 13 de enero de 2001, mi familia se desesperó y entró en pánico en la noche por las constantes réplicas que, en retrospectiva habría sido maravilloso que acabaran con todo lo que luego se volvería este país, por la noche se sentían cada vez peor. 
Recuerdo que por la noche, todas las familias vecinas tomaron la decisión de dormir en semi acampada en el parque de la colonia. Y mi mamá dijo que debíamos tomar lo que consideráramos de valor y llevarlo en una pequeña mochila con nosotros esa noche que dormiríamos fuera.
Yo me llevé mis documentos, mis lentes, un radio, dos libros, y puros recuerdos que al final no me habrían servido de nada. Recuerdos que se podían vender, recuerdos que se podían vivir. Y todo lo que sigo conservando. Recuerdos. 

¿Usted qué se llevará?

martes, 6 de noviembre de 2012

Fractal rotativo

Subir al bus y ver a la gente mirar por la ventana hacia el lugar en el que hace 3 años te asaltaron y te quitaron aquel libro que habías tardado tantos años en conseguir y que habías tomado prestado de la biblioteca de la universidad, en una de esas tardes frías en las que solo pensabas en encontrarla y decirle que la vez que te tomaste ese jugo con ella y vieron el cielo a mediodía te hizo sentir tan completo como cuando fuiste niño y te regalaron un pequeño libro que aprendiste a leer un año después porque esas cosas no son sencillas, y sobre todo cuando no sos el hijo que está en primer grado, sino el que sigue, el que está en kinder y apenas le dejan jugar con plastilina, de esa que sale de los colores más insospechados, sobre todo cuando los mezclás y dan esa sensación de tener tu propio barbapapás, de aquellos que salían en Canal 10 junto a toda esa tanda de programas que incluían el de la brujita que iba a clases y pasaba mil penurias para cuidar a su dragoncito, y que años después encontrarías inexplicablemente parecida a la amiga que vive en Berlín a miles de kilómetros, o a 8 horas de diferencia, si las distanciamos como en Casablanca, ¿te acordás? Cuando Rick se pregunta, viviendo en Casablanca, la hora que es en Nueva York, solo para recordar algún momento de felicidad de los que pasó con Ilsa,  en ese papel que ahora ya no le creés a Ingrid Bergman, aunque se vea tan hermosa como siempre, sin nada que envidiarle a la encantadora Audrey Hepburn, aunque, ya se sabe, nadie como ella, porque "amamos tanto a Audrey", de forma parecida escalofriántemente a la historia de Julio Cortázar en que un grupo de gente se reune para ver una y otra vez las películas de Glenda Jackson, "Queremos tanto a Glenda", el libro que salió antes de "Deshoras", cuando ya Julio estaba muy enfermo de algo que después han especulado muchos biógrafos que tenía que ver con problemas de hemofilia, esa enfermedad que te impide la correcta coagulación de la sangre, lo cual sería el sueño de Drácula para tener almacenada por más tiempo la sangre que necesitara para saciar sus necesidades intrínsecas de vampiro, que claro, nada tienen  que ver con las necesidades que muestran los vampiros de las películas actuales, porque, ya ni creatividad tienen los guionistas actuales y les da por repetir las historias ya contadas y agregar detalles que no hacen más que ridiculizarla, aunque quizás lo que busquen sea volverlas absurdas, pero no se puede ser un Ionescu de la noche a la mañana y menos si te ponés a escribir historias ridículo-románticas, como si estuvieras poseído por algún demonio de mal gusto, aunque para eso primero deberías creer en ese tipo de entes, que por demás te parecen increíbles porque la ciencia no te ha mostrado pruebas, y vos sos como Tomás y necesitás ver para creer, y le metés los dedos en las heridas a los inventos de la gente hasta que comprobás que no hay sangre ahí, que la realidad es más fácil de comprender, más fácil de ver, si se limita a enfrentarla y no a escapar inventando ideas para justificar lo injustificable, como si fuera un delito que se puede no solo atenuar, y eso que la ley es clara y manda a castigar cuando se comete un delito, no importa quien seás, ni cuanto dinero tenés, aunque claro, siempre hay alguien que se logra escapar de la justicia, porque como decían en aquella serie que pasaba Canal 4: "La justicia es ciega, aunque ve en la oscuridad", lo que es como una paradoja, tipo aquella paradoja que dice que siempre que recorrés la mitad de un camino para llegar al final, te hará falta la mitad de esa mitad y así por siempre. Una metáfora asombrosa, y por cierto, salida de una serie de tv lo hace más surreal, sobre todo de aquellos tiempos en que Canal 4 era un mejor canal y no pasaba 8 horas de telenovelas, y pasaba aquel famoso jingle para decir que eran el canal deportivo del país: "Canal 4 es más que un logo pintado..." y esas cosas. Hasta te podías aprender el jingle. Era tan famoso como el anuncio navideño de la Nueva Milagrosa, aquel almacén que solía existir en el centro de la ciudad, en el que en una navidad te compraron aquellas copias chinas de los juguetes basados en la serie japonesa de TV que pasaba Canal 2 todas las tardes, y que constituían un gran aliciente a la hora de terminar pronto las tareas, aunque eso sucedía en los últimos compases del año. Hablando de compases, es como cuando aprendiste a tocar el piano a los 9 años, maravilloso momento en que te diste cuenta de las diferencias de compases, tiempos, etc. Y la gente suele decir que las cosas que se aprenden no se olvidan nunca. Hasta tienen un dicho famoso: "Es como andar en bicicleta, una cosa que no se olvida." La suerte es que vos nunca aprendiste a  andar en bicicleta, o al menos no de la forma correcta. Porque te interesaba más ver la serie de las aventuras del joven Indiana Jones, y aquel capítulo en que aprendiste como es que se sentía el amor, cuando Henry Jones pasaba sobre todos los protocolos para declararle a una pequeña aristócrata de nombre Sofía, que la amaba aunque nunca la volvería a ver. Son historias que se te quedan sin motivo alguno. La verdad es que no se necesitan motivos para las cosas que tienen que irse pegando a la conciencia. Pero es tarde y apenas te das cuenta que ya llegaste y hay que bajarse y luego recordamos más.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Revisitar

Hace unos años escribí sobre mis muertos. Ahora, luego de pasar otra mañana de 2 de noviembre visitando los cementerios que se me han hecho costumbre, pasar la ruta de las tumbas famosas, hacer ideas de lo que me depara en el futuro, pensar que será mejor que me cremen y no gastemos en pago de cementerio para que no me pongan en mi cruz una notificación de la alcaldía para que me presente a pagar mi deuda con 3 opciones de solución, pago completo, pago en cuotas y dación en pago. 
Y es que en la muerte ya no hay muros, ni espejismos ni imágenes, ni intentos, ni fracasos. Somos todos iguales. Claro, por otro lado, la muerte no se decide.
Esta vez me dediqué a crearle historia a cada muerto. Pensaba en las familias que habían dejado atrás. Pensé, también, en las personas que fueron enterradas y jamás las fueron a visitar. Es como cuando tirás algo que ya no sirve y no tiene porqué seguirte importando. Muy parecido a aquellas noticias en el extranjero sobre gente que muere y es descubierta meses después. 
Quizás me resulta difícil pensar en eso. Me duele pensar en un vacío más allá del que ya tuvimos. 
El próximo año, si alcanzo a estar con vida, mi objetivo será encontrar un homónimo. 
¿Hay un Raúl Marín enterrado por ahí? Aparte de mi papá que yace en Jardines del Recuerdo. Paradójicamente olvidado.

Y luego la tumba, el vacío, la tierra, la marca, el olvido. Todo eterno.

viernes, 19 de octubre de 2012

Doppelgänger

 "El verdadero doppelgänger sos vos, porque estás como descarnado, sos una voluntad en forma de veleta, ahí arriba. Quiero esto, quiero aquello, quiero el norte y el sur y todo al mismo tiempo, quiero a la Maga, quiero a Talita, y entonces el señor se va a visitar la morgue y le planta un beso a la mujer de su mejor amigo. Todo porque se le mezclan las realidades y los recuerdos de una manera sumamente no-euclidiana." Cap. 56 Rayuela.


Eras vos. Yo sabía que eras vos, porque sencillamente, siempre sos vos. 
Yo sabía que no eras vos. Nunca sos vos. Vos sos una dualidad y yo vivo de contradicciones. Es como debe ser. 
Desde que te vi correr detrás del bus, ya sabía que eras vos. Tu cabello lacio y brillante con el que alguna vez te habías hecho un bigote mientras yo te molestaba por el enorme parecido de tus orejas con las de los elfos de las películas. Pero vos estás en Chicago y sos feliz preparándote para salvar el mundo. Preparándote vos que podés. Yo me quedo a ver como todo se va a la mierda. 
Pero no eras vos y yo lo sabía. Era tu doppelgänger que siempre veo cuando volteo a la ventana del bus mientras llueve, o la que veo cuando quiero escribir algo y tengo la página en blanco y me dan ganas de escribir. Eras vos y no eras vos. 
Y los dobles no existen. Es imposible. IM-PO-SI-BLE.
Eras vos y sonreías como nunca antes. O quizás como recuerdo hace tanto tiempo ya. 
Pasé 20 minutos imaginando que me acercaba y te hablaba. Pero no eras vos. De haber sido vos no hubiese dudado tanto. 
Llegaste a tu destino y avanzaste a la salida. Yo estaba en el último asiento. Te vi a los ojos y eras vos. Pero como eras vos. Eras inexorablemente vos. No hay doppelgänger que valga. Sos vos. 
Me ves y te despedís. Es tu voz. Un poco más dura, un poco más simple y tan necesaria como hace casi un año que no la escucho. 
Esas cosas pasan cuando recuerdo que vos tenés una gemela a la que veo muy raras ocasiones, pero que me hace pensar en vos. Más de lo normal.
Un día después recibo un mensaje tuyo en el que me decís que viajás por lugares celestiales del caribe. Sos feliz y el orden está restablecido. 
Mientras tanto, leo, escribo y planeo. Es hora de matar mi propio doppelgänger.


sábado, 13 de octubre de 2012

Reboot



Existe gente que reinicia (reboot), películas. Así, Christopher Nolan reinició y reinterpretó la historia de Batman y nos regaló películas épicas. Ahora, el mismo Nolan nos regalará, pero desde la producción, el reinicio de Superman.
A veces, yo también hago reboot. Sobre todo, hago reboot de mis cuentos porque me desagradan. Me aburro. Comienzo a odiar personajes, me duelen situaciones, sangro en paisajes que ya creé. Lo borro todo y reinicio.
Pero, ¿alguna vez han reiniciado un sueño?
Yo lo hice anoche.
Esas cosas no se hacen por decisión. Parece que hay algo dentro de nosotros que es lo suficientemente masoquista como para hacernos ver tantas opciones. Como un deja vù pero en sueños.
Todo comenzaba con una reunión para tomar café con una mujer que me gusta. Ahí estaba sonriendo hasta que le digo que mis intenciones son serias. Ella sonríe, me da la mano y se va después de una charla por compromiso. La veo marcharse sabiendo que es la última vez.
Despierto porque la alarma dice que debo levantarme. Recuerdo que no tengo nada qué hacer y vuelvo a cerrar los ojos.
Estoy sentado en la misma mesa del sueño anterior. La cara es distinta. Le digo a ella que mis intenciones son serias. Ella me ve y hace gesto de desaprobación. Dice que ella no puede ofrecer relaciones serias. Se aleja y  le llamo por última vez. Ella vuelve, me deja un libro y se va. Siempre.

Tocan la puerta de mi cuarto. Es mi hermana, despertándome para informarme que se va a la universidad y que ya es hora de despertar. Veo mi reloj. Son las 8:15. Insisto que no tengo más que hacer. Cierro los ojos de nuevo.
La veo sentada en la misma mesa. Camino alejándome. Ella me detiene para decirme que siente lo mismo que yo, pero no puede hacerlo. No está lista. Se disculpa. Le digo que estoy acostumbrado. Me alejo de nuevo. La veo y me voy. Sé que la volveré a ver. Pero duele. Sigo unos pasos más. Una mujer distinta me detiene, me ve a los ojos y me dice: Te estaba esperando. La reconozco aunque nunca la vi antes. Sonreímos y nos besamos.
Y así se reinicia un sueño.



"Si pudieras olvidar tu mente  frente a mí, sé que tu corazón, diría que sí."

sábado, 6 de octubre de 2012

Una vez fui un cuervo




Una vez fui un cuervo. Un cuervo blanco condenado a repetir el viaje.
Construí puentes a fuerza de mentiras. Los llenaba de gente que se alineaba a pedir perdón. A pedirme perdón.
La redención llegaba en función de cumplir destinos. Y nunca necesité la redención.
Me paseaba con la suficiencia del vuelo en picada. Me sabía dueño del último latido de cada alma.
Porque está escrito que el día que al fin me atreva a dar la señal, los otros cuervos blancos vendrán, el viento hablará, las sombras desaparecerán y el tiempo revelará todo en su esencia. Revelará que nada existe.
Soy el mismo cuervo que criaron para sacarle los ojos a la humanidad.
Mientras tanto, espero. 

jueves, 27 de septiembre de 2012

Extrañas ocasiones (II)

Vas camino a casa luego de una extenuante jornada de trabajo junto a unas maquinitas de pensar como les dicen que deben hacerlo. En el bolsillo llevás la llave lista porque sos de esas personas que no pueden estar sin algo en la mano. Vivís en impaciencia. 
Lo único que necesitás es llegar a casa y abrazar a tu familia. Darte cuenta que todo puede mejorar si tenés ese momento en el que todo cobra sentido por solo quererlo. Sonreírle a tu familia y saber que la vida es mejor. Es mejor. Es me-jor.
Llegás y la alfombra café te informa que estás en lo que decidiste llamar "hogar". Dentro se escucha la pequeña perra arañando la puerta para encontrarse con vos.
Girás la llave. La perrita se emociona como si tuviese años sin verte. Te pasa la lengua por el pantalón y si pudiera hablar, te diría que te ama sin condiciones y que te extrañó desde el momento que saliste por la puerta. 
En la casa todo está normal. Te sentás y sale tu hermana a decirte que el trabajo estuvo difícil hoy. Te dice que si querés un café te lo prepara. Pero no es tu hermana. Nunca has visto a esa mujer.
Por un rato te cuesta reaccionar. Ves las fotos en la sala sobre el mueble del televisor y en todas las fotos estás con ella y con otra señora que asumís que es tu mamá.  Llega, te abraza y dice que te preparó tu cena favorita. 
Es ese momento de nuevo. Esa extraña ocasión en que cambiás de universo, de realidad,  y tenés que seguir viviendo hasta que vuelva a cambiar. Ya perdiste la cuenta de las veces que te ha pasado. Ojalá seás el único al que le pasa.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Notas sobre el silencio

El silencio está vivo. Te va matando a diario cada vez que pensás en él.
Uno cree que sabe donde queda el silencio, pero él es más listo. 
Una vez lo tuve en mis manos, lo estrujé, lo maldije y lo empeñé por el valor de un café por la tarde.
Quería escribir sobre el silencio y se me escapó. Porque el silencio es tan puro como el tiempo, y tan suyo como él.
Va viajando solo y se lleva lo que marca el día. 
A veces, es mejor dejarlo vivir. Nadie sabe lo que hace hasta que guarda silencio.
Crear es la mejor forma de matar el silencio, dicen. Pero crear el silencio y dominarlo es tarea excepcional, y traicionera.
Hoy decidí escribir de él, amarrarlo y dejarlo listo para que trabaje para mí. Apenas y me doy cuenta que el amarrado soy yo.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Max




De vez en cuando me pongo triste sin razón. La mayoría de veces tengo razones aunque no parezcan demasiado comprensibles. ¿Cómo me voy a sentir triste cuando acabo de ver a mis amigos y la he pasado bien?
Y en otras ocasiones me siento alegre de haberme entristecido. Y tiene sentido.
Nunca había tenido el valor de terminar de ver "Mary and Max" porque veía 20 minutos y ya estaba triste. Y siempre, inequívocamente, era cuando tenía gente a mi alrededor. Mis convencionalismos sociales han evitado que me sienta cómodo llorando en público. 
La terminé de ver y es de esos momentos en que sabés que algo te ha tocado. Algo que te sacude aunque te lo hayan mostrado de forma sutil. Algo como redescubrir la soledad.
Porque inevitablemente uno se da cuenta que no se parece a Max, ni padece Asperger, ni tiene limitaciones sociales, pero se siente como él. Ya ha pasado seguramente eso que  no entendés a la gente. No sabés porqué actúa como lo hace ni porqué dice las cosas que dice.
Pasa que uno comienza a vivir hacia adentro y a sobrevivir hacia afuera. 
Se trata de querer recuperar la fe y pensar que no es necesario tratar de interpretar o entender lo que la gente dice o hace porque, al fin y al cabo, todos somos distintos. Pero es tan difícil.
Estoy triste. Tengo motivos. Pero Max me enseñó que no es necesario tanto para sentirse un poco mejor. Y ahora es lo que intento. Tratar de sentirme un poco mejor. 

"Your sidewalk is like mine, but, probably not as many cracks. Hopefully, one day, our sidewalks can meet, and we can share a can of condensed milk. You are my best friend. You are my only friend.



Mis 5 palabras favoritas son : Sinalefa, estirpe, sístole, sinécdoque y vacío.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Horror recurrente

Llegar a casa casi a media noche bajo la lluvia de agosto. 
Ya que vivo en una colonia cerrada, paso el portón y voy hacia el laberinto de pasajes para llegar a casa. 
No he avanzado nada, cuando veo a mi mamá. Me saluda como siempre y me dice que salió a encontrarme por la lluvia.
Me pregunta por mi día. Me pregunta por mi hermana. Dice que me estaba esperando, que estaba preocupada.
Llego al pasaje que da la entrada a mi casa. Mi mamá saliendo de la casa. Me asusto y volteo hacia atrás. Mi "mamá" ya no está. Escucho una risa suave detrás de mí.
Camino hacia mi casa. Entro con mi mamá y duermo temprano. Lo necesito. 

jueves, 16 de agosto de 2012

Una chica real

Soy de ese tipo de personas que entran en la historia de la película que están viendo.
Rompo la cuarta pared de forma absolutamente voluntaria. Aunque la película ni lo sugiera.

Me gusta cuando en ese método de pasiva introducción como personaje mudo en la película que veo, me quedo hecho añicos al terminar la película. Porque me pasa a veces. Tengo ganas de llorar o de llorar sin llorar. Algo así como cuando estás leyendo un libro y te das cuenta que podés relacionarte con lo que estás leyendo, y es dramático, pero no podés presumir de ser uno con ese libro. No es posible.
Llega un momento en el que ver la película y comprender, aunque sea mal, lo que te quieren decir, no basta.




Lars es en todas formas un buen tipo normal. Lars es tímido, evasivo y socialmente limitado por su incapacidad de tener contacto con la gente. Su vida es hacia adentro.
Lars vive con su familia, trabaja y es normal.
Lars está solo y sabe que está incompleto.



El drama, la melancolía y la tragedia de Lars está en la médula de estos tiempos modernos. Lars debe inventar, alucinar, o como quieran decirlo, una relación con una muñeca sexual. 
Pero no es el método. Es el fin.
El fin es hacer un pequeño canto a la esperanza. 
No puedo aquí venir a sentirme especial y brillante llenándome de palabras complicadas para decir lo que esta película puede o quiere significar. Vengo a escribir lo tristemente real que es esta película.
Vivimos en un tiempo en el que tenemos miedo del contacto social. Vivimos hacia adentro también nosotros.
Muchos sobreviven, o quizás sobrevivimos, gracias a lo mismo que se muestra en la película. La compañía de gente un poco más normal que nos acepta con ese vacío. 
No es complicada. Es tan solo una metáfora sobre como nos aislamos emocionalmente y como tememos relacionarnos con la gente. 
Al final la esperanza de no estar solos para siempre es la moraleja de la historia, y un canto a superar ese dejo de despersonalización de la sociedad actual. 
Véanla. La recomiendo y sobre todo sufran. Con el personaje de Lars, Ryan Gosling da probablemente una de sus mejores actuaciones. 
Uno comienza a preocuparse y a pensar si está aislándose a propósito del mundo. Y si necesita también una chica real como la de la película. 
"Sometimes I get so lonely I forget what day it is and how to spell my name."

domingo, 29 de julio de 2012

Caer

Camino a recoger mi resultado del inimaginable examen de Notariado de la CSJ.(Lo cual merece otro post.)
Paso frente a un niño jugando con una carreola. El niño tiene unos 6 años. En la carreola no hay otro niño.
Repentinamente escucho algo que cae.
El niño en la acera, llorando, mientras la carreola está tirada también.
El padre corre a levantarlo, hasta que un señor mayor, que parece ser el abuelo, lo detiene.
"Ahí dejalo. Que se levante solo. Dejalo que llore. Tiene que aprender a levantarse. Todo en la vida es así."

Y luego, claro, vi The Dark Knight Rises (Que también me merece otro post),  y escuché el extracto de Batman Begins:   
"Why do we fall sir? So we might learn to pick ourselves up."

miércoles, 11 de julio de 2012

Anna Karina y yo





No era ver como Godard la dirigía en absoluta complicidad.
No era su enigmática mirada de muerte acechante en Alphaville.
No era su hermoso cabello negro, casi vivo y en eterna batalla con la iluminación de las filmaciones.
Tampoco puedo decir que sean los anuncios publicitarios que luego encontré vagando por la red sin nombre.
No sé qué fue. Sé nada más que yo siempre había encontrado a Anna Karina en todas partes.
No la busqué jamás. Ni siquiera se me habría ocurrido para qué buscarla.
Pero la encontré.




Anna Karina sentada en una silla roja, leyendo Marxismo Búlgaro.
Anna Karina hablándome de como quería ir por una nieve de limón.
Anna Karina, tan ella, tan nadie, tan todas.
Anna Karina, fumando, caminando, sonriendo, llorando.
Anna Karina nunca, siempre, hoy.


jueves, 7 de abril de 2011

Le puede pasar a cualquiera

 

 
"Tengo diecisiete años, me llamo Juan García Madero, estoy en el primer semestre de la carrera de Derecho. Yo no quería estudiar Derecho sino Letras, pero mi tío insistió y al final acabé transigiendo. Soy huérfano. Seré abogado. Eso le dije a mi tío y a mi tía y luego me encerré en mi habitación y lloré toda la noche. O al menos una buena parte. Después, con aparente resignación, entré en la gloriosa Facultad de Derecho..."

 "Los Detectives salvajes"  Roberto Bolaño. 

lunes, 4 de abril de 2011

4-4-4

4 de abril.
4 años de blog.






Gracias por leer.

domingo, 3 de abril de 2011

Metáforas.

"Tomás no se daba cuenta en aquella ocasión de que las metáforas son peligrosas. Con las metáforas no se juega. El amor puede surgir de una sola metáfora."
                                                                                  (La Insoportable levedad del ser - Milán Kundera.)

Paradoja Nº 5

Mi vida pasada fue la última que resucité.

martes, 29 de marzo de 2011

A la brevedad posible.

Me invitaron a una cena. Voy a llegar tarde. 30 monedas de plata pesan demasiado.



*Esto es culpa de una pequeña colección de microcuentos que estoy ensayando. Disculpas por lo malo que resulta.