Es una ley natural.
Aunque lo intente de la manera más honesta, siempre tengo la culpa.
Que si digo algo para que alguien se sienta bien, lo toma a mal y se siente triste porque no lo dije completo.
Si actúo de forma honesta a mi personalidad, es decir racionalizándolo todo y sumiéndome en un mar de dudas como consecuencia, el problema es mío por haberme abonado a eso de la inseguridad.
Soy como una canción de Calamaro, "insoportablemente cruel". Y no es a propósito, aunque es lo de menos. Las acciones valen tanto como sus consecuencias, y no valen ni la mitad de los pensamientos que las motivan.
Eso es solo la mitad de lo que no me deja vivir. Seguir con la culpa colgándome de los hombros.
Aunque lo piense. Aunque sepa que no es mi culpa, la siento dentro como un alien queriendo salir porque ha terminado de comer lo que llevo por dentro. El alma, si es que creyera en eso.
Y ya no quiero.
Ya es suficiente.
Me cansé de tener la culpa todo el tiempo, y lo que es peor, de merecer las culpas, y apocalíptico, que sea importante.
Me cansé. Asumo mis culpas y dejo los caminos sin recorrer.
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