La idea era practicamente irrefutable.
La interacción natural de los seres humanos parece adaptarse a ello perfectamente.
Así, la necesidad de vivir en sociedad, nacida del vacío y de la monotonía del yo interior, atrae a los seres humanos los unos hacia los otros; pero sus numerosos rasgos desagradables y errores imperdonables vuelven a separarlos. La distancia intermedia, que terminan por hallar y hace posibles su convivencia, viene dada por la amabilidad y las buenas costumbres.En un frío día de invierno, una manada de erizos se juntan para resguardarse de la helada gracias a su propio calor, amontonándose unos encima de otros. Pero sucedió que se pincharon entre ellos y el dolor fue tal que tuvieron que separarse rápidamente, con lo que otra vez sintieron frío. Así que entre el peligro de morir de frío o de hacerlo por el dolor que se infringían mutuamente con sus espinas, acabaron encontrando la distancia correcta, aquella que les permitía no morir de frío y no hacerse demasiado daño, de manera que el frío y el dolor fuese soportable.
Cuanto más cercana sea la relación entre dos seres, más probable será que se puedan hacer daño el uno al otro. Sin embargo, sin acercamiento se vive el dolor de la soledad.
Y esas cosas duelen, se sienten, se viven, y se hace hora de ir por un jugo y luego dormir.
1 Manchas en la pared:
http://4.bp.blogspot.com/-Rb3uO42KjGs/T6AqzOySvaI/AAAAAAAAEf4/w9eqUgiVn0E/s1600/the-ball-creepypasta.jpg
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