Salir de casa y sentir el hedor. El hedor que sube, que crece, que se apodera de la cuadra.
Buscar donde está el hedor, su origen asqueroso.
Encontrar el cadáver del gato. Seguir mi camino. Encontrar al vecino. El vecino, un par de casas adelante, siente el olor a podrido. Me saluda y me pregunta si vi el partido de Argentina y los 3 goles de Messi.
Hay algo podrido acá. Y a nadie le interesa.
0 Manchas en la pared:
Publicar un comentario