Había pasado casi una semana dándole vueltas a mis papeles, a mis libros de Roque Dalton, a mis recuerdos, mis charlas, sin resultado alguno.
Parecía inútil. Fue inútil. Ahora, gracias a la colaboración de los amigos, pude encontrarlo.
Este es el poema que buscaba, para que alguna vez lo leyeras.
Ya ves como
Ya ves cómo de todo lo que esperabas
ayer en las tertulias de la Facultad
sólo has venido a ser el gran amor del exiliado.
Tú que ibas a irte con los príncipes
de fiesta por Europa que ibas a heredar
a tres o cuatro viejos honorables
tú la del coche envidiado y el traje de piel olorosa
pero sobre todo tú la de los ojos más bellos
en toda la extensión de la ciudad
ahora estás dormida
en los brazos del pobre solitario.
Yo veo la crucecita brillante en tu pecho
mi retrato de Marx en la pared
y creo que la vida a pesar de todo es bellísima.
(Roque Dalton)
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