Contar cuantos de tus compañeros de primer grado juegan a policías y ladrones. Mucho antes del boom de las maras. Ahora jugarían a policías y mareros.
Contar cuantas compañeras prefieren jugar a ese raro tipo de rondas.
Contar cuantos niños no juegan.
Sentarte solo a hacer cuentas en el patio durante el recreo.
Jugar con ellos pero sin ellos.
La maravilla de no pertenecer.
1984 - Capítulo 5. Primera parte
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