En El Jugador, de Fiódor Dostoyevski escrita en 1866 sobre un joven tutor empleado por un antiguo general ruso, se refleja la propia adicción de Dostoyevski al juego, según dicen las malas lenguas.
Ahí, mientras leía esa novela me dí cuenta que había algo emo, de la misma naturaleza que cuando leés a Hamlet y ves que era un emo más.
Resulta que en la novela, contada en primera persona es contada desde el punto de vista de Alexei Ivanovich, el tutor de una familia rusa que vive en un hotel alemán. Alexei está enamorado de Polina y hace un juramento de servidumbre a ella. Él le dijo que todo lo que tenía que hacer era pronunciar una palabra y con gusto caminaria por el borde y caeria en picado a la muerte.
Ella le pide que vaya al casino de la ciudad y haga apuestaS por ella. Él se niega al principio, pero, cuando le recordó su juramento de amor eterno y el servilismo, acepta y termina por ganar en la mesa de ruleta. Gana dinero.Luego Alexei comienza a jugar para sobrevivir.
Lo emo está en los siguientes párrafos:
"Deténgame. Cuando hablo con usted quiero decirlo todo. Pierdo toda forma. Como no tengo la menor esperanza, y a sus ojos soy un cero a la izquierda, hablo abiertamente. La veo en todas partes. Lo demás es indiferente. No sé porqué la quiero, ni cómo la amo. No sé siquiera si es bonita. Su corazón, seguro, es malo. Su alma no es noble."
"Habitualmente no desea ocultar la repugnancia que le inspiro. Lo veo. "
"Sabe que la amo con locura, me permite hablar de ello, y de ninguna manera me expresa mejor el desprecio que siente por mí, que con este permiso para hablar libremente de ello."
"No me importa que la charla sea tonta o inteligente. Sé que delante de usted necesito hablar y hablar. Y hablo. En su presencia pierdo todo amor propio y todo me da lo mismo."
"Ante ella desaparezco y me convierto voluntariamente en nada."
"Creo que cierta culpa la tuvo la vanidad. La vanidad la inducía a no creerme y a ofenderme. Aunque es muy posible que esto fuera para ella misma algo oscuro."
Ven, Alexei no tenía esperanzas.