¿De qué manera iba a ser?
¿En que momento llegué a este punto?
¿Siempre estuve en este punto?
¿Y si en realidad todo lo que creí cierto, los devaneos ideológicos, el puto existencialismo, la verdad imperecedera, las biblias de principios de siglo, y el cariño de la gente, solo eran fallos de percepción?
Y si en realidad, tu vida, la mía, las historias que se volvían diarios, los pájaros que comían de tus manos, los momentos de vejez prematura, de contar carros por colores, de andar sin saber hacia donde, de besar la luna cada vez que te veía, de vivir de futuros en venta, solo son palabras? Son romanzas de inicios de siglo, de esas que no deben existir.
Y que pasa, con la locura de las batallas infinitas?
con el llanto en las calles de los niños?
Las cenizas de los cigarros jamás fumados
Es cuestión de comer la vida.
Es cuestión de envolverla en papelitos de colores,
hacerla cuadritos ponerle veneno y comerla.
Y vomitarla.Y recordar.
Será que eso, todo eso no tiene sentido alguno?
Olvidar se vuelve necesario,
olvidar al pianista de los 24 dedos,
la sombrilla a la que le dimos cristiana sepultura,
los días que pasamos viendo nubes,
la historia más triste y boba que te he escrito,
mis manos frias en tu cuello,que olvidaste en aquel Julio,
la tristeza y soledad de seguir vivo,
el alma que se llena de despojos,
el par de hijos que jamás pudimos haber tenido,
el canto, las lenguas romances, las fotos blanco y negro,
la lluvia, el desamparo de un juguete,
los papeles que nunca nos entregamos,
las cartas de perdón que nunca conseguí,
tu nombre en mi intento de novela,
tu modo de aparecer en mis caminos,
el silencio que se esconde en tus miradas,
todo aquello que era nuestro y que se ha muerto,
este beso que es tuyo y se me parte entre los labios,
todo aquello que tuvimos y perdimos,
los días felices transcurridos tan deprisa,
el jugo que compartimos, las caricias,
el futuro que ensuciamos con las manos,
todo eso y lo que falta recordar,
para al final poder olvidarlo.
Llueve allá afuera.
Llueve fuerte como hace tiempo que no llovía.
Pero en ningún sitio llueve más fuerte que aqui dentro...